Ciberbullying. Un enemigo silencioso.

Hace días que Ana no asiste a la escuela, nadie ha reportado a la maestra de grupo el por qué de sus ausencias a clase y en casa no contestan el teléfono. Es muy raro que ella falte, por lo que realmente es preocupante la situación. Dos semanas después los padres de familia solicitan los documentos de la alumna para darla de baja y trasladarla a otra institución, en medio de una explicación poco comprensible, Ana se ha ido.

Si me preguntan por ella, debo decir que es una alumna muy dedicada a sus estudios con un excelente nivel académico, preocupada por sus compañeros y por su entorno. Lo extraño del caso es que sus compañeros no pregunten nada, como si  supieran la razón  por la que ya no está entre nosotros. Por fin en una charla grupal, Alicia se atreve a revelar algo de lo ocurrido: “fue por las fotos maestra”. ¿Cuáles fotos?, ¿Me podrían explicar? Pregunto. Poco a poco se empiezan a levantar más manos para participar en lo que es una situación que nunca debió darse. En el grupo hay siete alumnos que llegan y regresan solos a su domicilio, resulta sorprendente ya que son niños (as) de 11 y 12 años de edad, mismos que cursan el sexto grado de primaria, al término de la jornada escolar aprovechan para jugar en un parque cercano y llegar tarde a casa. En las últimas semanas entablaron amistad con chicos de una preparatoria cercana a la escuela, los alumnos siguen narrando la historia: “Una tarde conseguimos cigarros y nos tomamos fotografías fingiendo que fumábamos y consumíamos una botella de vino” -la presencia de Ana en esa ocasión fue circunstancial ya que no habían llegado sus padres por ella y decidió esperar junto a sus compañeros, nunca imaginó lo que aquel incidente acarrearía-. Las fotografías fueron difundidas primero por WhatsApp y posteriormente publicadas en Facebook, luego vinieron los memes y decenas de comentarios con críticas, ofensas, porras de quienes las consideraron como niñas valientes e incluso recibieron amenazas de estudiantes de otra escuela. Ningún alumno del grupo se había atrevido a decir algo al respecto ya que decidieron hacer un pacto en donde nadie podía hablar de la situación.

            Ana no es la primera alumna que sufre una situación de este tipo. Ver su imagen circular por internet recibiendo comentarios destructivos de gente que no conoce (ni la conoce) opinando de ella al respecto no fue nada fácil y menos asimilar algo así a los once años. Después de ese incidente no quiso hablar con nadie durante una semana completa y tuvo periodos de depresión severa los meses siguientes. Si pudiéramos imaginar lo que un teclado y una conexión a internet puede causar en una persona quedaríamos impresionados. De acuerdo a la Asociación Mexicana de Internet (AMIPCI) en nuestro país existen 65 millones de internautas, de los cuales el 15% son menores de 13 años. El 87% de la navegación se realiza desde el hogar, lo cual facilita el acceso a la red desde temprana edad. Son los Smartphone los dispositivos con mayor demanda en el uso de internet. De acuerdo al 12º Estudio Sobre los Hábitos de los Usuarios de Internet en México 2016, “El acceso a las Redes Sociales sigue siendo la principal actividad online”. Si tomamos en cuenta estos datos nos daremos cuenta de que existe una alta probabilidad de que alguno de estos usuarios menores de edad sea un alumno nuestro.

Como docentes debemos conocer cuál es el lenguaje que hablan nuestros estudiantes y estar preparados para hacer frente a cualquier situación como la que vivió Ana. Si bien es cierto que muchas de las situaciones se presentan fuera de la escuela también lo es que esto puede afectar seriamente a nuestros estudiantes.

En Redes Sociales diariamente se realizan publicaciones que son difíciles de regular, el número de internautas aumenta de manera exponencial, cualquiera que tenga una conexión a internet y conocimientos básicos en el área es capaz de abrir una, dos, o la cantidad de cuentas que desee.  A pesar de que Facebook y Twitter, mantienen políticas con respecto a la edad de los usuarios que ingresan a ellas,  en la mayoría de los casos no tienen forma de verificar que realmente tengan la edad que dicen tener en los formularios.

Esto supone un grave peligro para nuestros alumnos si no conocen su funcionamiento. Mientras no sepan manejar de manera adecuada el internet y las redes sociales, seguramente representarán un peligro para el usuario, en el momento en que conozcan su uso y las dominen, estas se podrán convertir en un gran aliado. Debemos proteger la huella virtual que dejamos en la red tanto docentes como alumnos.

Es necesario abrir los ojos ante esta nueva realidad, muchos de nuestros niños están haciendo uso del internet sin la orientación necesaria. Cada vez se escuchan con mayor frecuencia los casos de “Ciberbullying”, incluso existe una película con este nombre que advierte a los padres de familia la importancia de estar atentos a las páginas con las que sus hijos (as) tienen contacto, así mismo encontramos documentales de Netflix  que señalan esta nueva práctica de acoso a través de dispositivos móviles con conexión a internet. Mientras que en el “bullying tradicional” los acosadores se ven obligados a dar la cara, en el ciberbullying el anonimato es el gran enemigo a vencer. Depresiones, una imagen de sí mismo distorsionada de la realidad, suicidios, son algunas de las consecuencias con las que un estudiante se puede enfrentar a lo largo de su vida. Por ello es fundamental que como docentes orientemos a nuestros alumnos en cada paso que dan en la web. Al igual que cualquier tipo de acoso, este debe ser denunciado ante las autoridades correspondientes, no es algo para tomar a la ligera ni fingir que no existe y que no causa daño.

Poco tiempo después me volví a encontrar a Ana, me comentó que estaba muy contenta en su nueva escuela, así como que había aprendido una lección que no olvidaría nunca en la vida, pero no solo ella, todos los que alguna vez la rodeamos.

 

Profesora Aleyda G. G. Gatell
Premio Estatal en Innovación Pedagógica.
Secretaría de Educación de Veracruz.
Correo electrónico: aleyda.gatell@hotmail.com
Twitter: @aleydagatell

https://www.amipci.org.mx/images/Estudio_Habitosdel_Usuario_2016.pdf