JOSÉ LUIS VLADIMIR BALDERAS MONDRAGÓN
Participa con esta fotografía en la edición 2023 del concurso nacional de fotografía #Mexicoenunaimagen , la mirada de los fotógrafos nos lleva a recorrer los colores y texturas que vemos todos los días en nuestro país, agradecemos a los participantes y a quienes apoyan su talento y su visión de México.
Cada 1 de noviembre, en la calle Alfarería de Tepito, una cohorte de creyentes enfila hasta el altar de la Santa Muerte. La fila comienza casi en Av. Circunvalación y se aprieta en un embudo concentrado de personas que vienen desde diversos puntos de la ciudad. La Niña Blanca, la Niña Negra como también le dicen no es el centro de una procesión monumental como la Virgen de Guadalupe. Está a la par de San Judas Tadeo y junto con él comparte una connotación de violencia y fiereza. Quien la venera, raspa, afila. Tampoco, me parece, hay tibiezas. Casi llegando un señor me miró y me dijo: Te hubieras quedado ayer porque a las 3 vinieron, no manches, puros mercedes y bemedoblu; te los perdiste. Me le quedé viendo con extrañeza y curiosidad. No, no era yo, le dije. ¡Ja, te confundí, carnal, perdón! Y remarcó: Llega temprano y tráete una cámara más pequeña, mira, me dijo mientras sacaba una digital pequeña, de bolsillo. El miedo debido al prejuicio es quizá lo que vuelve una celebración marginal, pero aquí también hay penitencias, mandas, comida para los fieles, bendiciones, misa y fe, mucha. El aire se llena de humo de marihuana, puros y tabaco. El agua que bendice a las figuras de la Santa Muerte es el mismo alcohol que se bebe: lo más llevan su panalito de Tonayan que reparten a chorros, aunque hubo uno que los repartía de bucanan “Deluxe”. Tampoco pudo faltar la música ni las micheladas. Fui con Moisés, un amigo entrañable, para perdernos y mirar lo que pocos quieren mirar. Lo mexicano como lo humano también se resume aquí: lo feral convive con lo generoso e incluso, con lo tierno: hay parejas, familias y amigos: nadie anda solo. De todas las personas que retraté ninguna se negó ni mucho menos hubo hostilidad con nosotros, todo lo contrario. A Donovan, el chico del retrato, le hice algunos disparos antes de este, pero no lo reconocí sin con el torso desnudo sino por su sudadera; cuando volví a pasar lo vi, lo recordé y le dije: No carnal, creo que ya te tomé unas fotos. Su novia que estaba al lado me corrigió: Pues que sea otra, pero sin playera. Va, jalo, le dije. / #Tepito #BarrioBravo #SantaMuerte #Celebracion #DiaDeMuertos #CDMX
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