El mercado de San Juan de Dios
Por David Polo
El mercado bajo techo más grande de Latinoamérica se encuentra en Guadalajara. Aunque su historia reciente se remonta a los años cincuenta, el mercado de San Juan de Dios, también llamado Mercado Libertad, es un lugar de larga tradición al oeste de México, en el estado de Jalisco.
Fue fundado a finales del siglo XIX para sustituir a los comercios irregulares que se instalaban a orillas del río San Juan de Dios. Algunas versiones coinciden en que fue precisamente en sus pasillos donde surgió el peculiar gentilicio con el que se conoce en México y el mundo a los nacidos en Jalisco: los tapatíos. Esta palabra, de origen náhuatl, era muy utilizada en el comercio como medida de valor y cambio; fue cuestión de tiempo para que las personas que visitaban Guadalajara la utilizara para designar a su gente.
A lo largo de su existencia ha sufrido al menos tres transformaciones. Hacia 1880 el manejo de los desperdicios en un ciudad que comenzaba a crecer aceleradamente se convertía en un asunto urgente, y los puestos provisionales del mercado con sus residuos al aire libre eran un potencial foco de infección. Así fue que en 1888 se inauguró el primer edificio del mercado de San Juan de Dios para albergar los puestos de verduras, frutas, carnes y objetos de uso cotidiano, que se reunían ahí desde el siglo XVII. En 1925 fue demolido para construir un nuevo mercado como parte de un nuevo plan de modernización en la ciudad de Guadalajara acorde a la arquitectura de la época.
En la década de los cincuenta del siglo pasado, el mercado San Juan de Dios fue nuevamente demolido y reconstruido por encargo de Agustín Yáñez, gobernador que hizo importantes obras en Jalisco y México. La obra estuvo a cargo del reconocido arquitecto Alejandro Zohn, egresado de la Universidad de Guadalajara. El edificio fue diseñado cuando Zohn aún era pasante de ingeniería civil, lo cual no fue obstáculo para que su proyecto cobrara relevancia a nivel mundial por la belleza de su arquitectura y su manejo eficiente del espacio. Alejandro Zohn logró colocar 1,700 puestos comerciales en un espacio de 3,140 metros cuadrados.
A pesar del amplio desarrollo urbano que Guadalajara ha alcanzado en las últimas décadas, en los pasillos del Mercado Libertad aún es fácil hallar toda clase de artesanías, productos de la región, dulces típicos y platillos originarios de la perla tapatía, como cuando los primeros vendedores se reunían a vender sus mercancías al aire libre. En la actualidad tiene una superficie de 4,000 metros cuadrados y casi tres mil puestos. A pesar de las tentativas para demolerlo una cuarta ocasión, el edificio de Alejandro Zohn se encuentra actualmente resguardado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia, y es que el mercado de San Juan de Dios es un símbolo indiscutible de identidad y cultura en la tierra del tequila y los mariachis.