Mariposa Monarca


La migración de estos hermosos insectos alados, comprende gran parte de norte América y es un fenómeno extraordinario y complejo. Es una de las migraciones más largas y numerosas del mundo de los insectos y además, la generación migratoria (los mismos individuos) hace el recorrido de ida y vuelta. A diferencia de las migraciones de aves, tortugas y ballenas, las mariposas Monarca nunca antes han estado en sus sitios de hibernación.

La Monarca tiene un ciclo de vida muy breve que pasa por una impresionante metamorfosis. Para la primera etapa las hembras ponen sus pequeños huevos en las hojas de los algodoncillos (Asclepias spp.). Cada mariposa pone cerca de 400 huevos, de 2mm, en la parte inferior de las hojas de las plantas. Después de cuatro a ocho días nacen unas diminutas orugas de rayas blancas, negras y amarillas que se alimentan vorazmente de las hojas.

Después de nueve a quince días, la oruga busca un sitio entre los arbustos y una vez colgada de cabeza, rompe su piel y por debajo la nueva piel se endurece en una verde crisálida. Dentro de esta sucede una de las transformaciones más espectaculares del mundo animal. El cerebro, el corazón y el aparato digestivo de la oruga se modifican, al tiempo que se desarrollan músculos, ojos compuestos, tres pares de patas y dos pares de alas. Al pasar dos semanas, la crisálida se transparenta, se rompe y emerge un nuevo adulto mariposa.

En México justo en el estado de Michoacán recibimos todos los años a estos estupendos insectos que nos maravillan con su fragilidad y su fortaleza, recordándonos lo importante que es para todos cuidar y respetar sus santuarios.