El mousepad, un invento mexicano

Por David Polo

 

Esa pequeña almohadilla bajo el ratón de tu computadora la desarrolló un mexicano en 1979. Podría parecer poco creíble, pero de no ser por el invento de Armando Fernández las computadoras probablemente serían diferentes a como las conocemos el día de hoy. Gracias a la almohadilla para ratón, o mousepad, la computación pudo dar el salto definitivo para llegar a miles de hogares en todo el mundo hacia la década de los ochenta.

El ratón, o mouse, fue inventado en 1969 por Douglas Engelbart. Se trataba de un dispositivo capaz de ubicar puntos sobre la pantalla de un ordenador. Para conseguirlo utilizaba una pequeña esfera de acero, que accionada con el movimiento del aparato sobre una superficie lisa podía dictar comandos a la computadora, pero como todo dispositivo recién inventado, presentaba varios inconvenientes. Era frecuente que se ensuciara o que se patinara sobre las superficies y presentara errores.

Los primeros en intentar corregir el mal funcionamiento del ratón con algo parecido a un mousepad fueron Alex Pang y Jack Kelley a inicios de los años setenta, pero su propuesta no tuvo mucho éxito. Además, el costo de un mouse en aquellos años era sumamente elevado y el dispositivo requería una configuración especial en los ordenadores para ser utilizado, por lo que de cualquier manera tuvo muy poca penetración en el mercado.

En 1979 Armando Fernández, quien se encontraba trabajando para la empresa de diseño de computadoras Xerox, presentó el modelo definitivo de una almohadilla que corregía por sí sola las limitaciones que el mouse óptico tenía. Se trataba de un pequeño tapete de silicón capaz de proporcionar un movimiento ininterrumpido y preciso a la esfera de acero del ratón, así como evitar las molestas partículas que se filtraban por la abertura inferior del aparato, lo que garantizaba un correcto funcionamiento. Ese mismo año Steve Jobs visitó los departamentos de investigación de Xerox y aprendió lo suficiente para lanzar al mercado en 1982 los primeros ordenadores, que entre otras cosas, incluían un ratón óptico de bajo costo que funcionaba a la perfección con el mousepad de Fernández, por lo que rápidamente se popularizó.

Una vez solucionado el problema que impedía vender al consumidor promedio un ordenador con un ratón óptico integrado, fue cuestión de tiempo para que miles de familias instalaran un ordenador en su propio hogar. La posibilidad de utilizar un mouse convertía a la computación en una tecnología accesible no sólo económicamente, sino técnicamente. A pesar de lo rudimentario de los sistemas operativos, el simple hecho de tener un mouse facilitaba mucho las cosas.

La computación ha evolucionado a una velocidad pasmosa desde entonces. Aunque actualmente para muchos el mouse es un dispositivo que puede ser prescindible, hasta hace pocos años era una herramienta muy valiosa para aprovechar al máximo cualquier computadora. Si hacemos un poco de memoria seguramente aparecerá ahí sobre el escritorio, gastado pero imprescindible, nuestro viejo mousepad; y lo inventó un mexicano.