Taller de iluminación creativa con «Caroga»


Fotografía de retrato: luz, narrativa y creatividad, por CAROGA Embajador Nikon

El reciente taller impartido por Caroga, mostró cómo la fotografía de retrato va mucho más allá de sentar a una persona frente a un fondo liso y presionar el obturador. A lo largo de la sesión, Carlos compartió un amplio abanico de consejos, destacando la trascendencia de comprender la luz, adaptar el espacio y aprovechar modificadores y accesorios de manera estratégica.

Más allá de la captura básica

La primera lección del taller se centró en la necesidad de darle profundidad a las imágenes. Caroga enfatizó que un retrato atractivo no se limita a la apariencia del sujeto, sino que también se construye con la narrativa que el fotógrafo añade a la escena. Para lograrlo, se propuso incorporar accesorios como telas, fondos en diagonal, esquemas de luz variados y reflectores en distintas posiciones. Estas decisiones, aparentemente sencillas, pueden cambiar por completo la atmósfera de la fotografía y el mensaje que el retrato transmite.

El poder de la luz y el espacio de trabajo

Se abordaron múltiples configuraciones para iluminar a la modelo. De acuerdo con Caroga, la clave está en entender cómo influyen la distancia, el tamaño del modificador y el color de las paredes o el techo. Por ejemplo, un estudio con paredes blancas y techo bajo hará que la luz rebote más y se suavice de forma notable. En palabras del propio Caroga:

Nunca se claven pensando cuál es la mejor caja de luz; simplemente busquen la que nos funcione mejor en el espacio que tenemos”.

Asimismo, profundizó en la dicotomía luz dura vs. luz suave. La luz suave genera sombras tenues y transiciones sutiles, ideal para retratos clásicos o estéticos más suaves. La luz dura, en cambio, produce contrastes marcados y puede resultar muy efectiva para retratos dramáticos o de moda conceptual. El simple hecho de acercar o alejar la fuente lumínica crea un cambio drástico en las sombras y en la atmósfera general de la fotografía.

Controlar la temperatura de color: coherencia y postproducción

Otro punto central fue el balance de blancos. Caroga destacó la importancia de trabajar con una temperatura de color fija (p. ej., 5600K) o bien en grados Kelvin, evitando usar el modo automático. De esta manera, se mantiene una coherencia cromática que simplifica la selección y la edición posterior. Al respecto, comentó:

Si yo pusiera auto White Balance, cada foto tendría una temperatura de color diferente. Por eso siempre recomiendo mantener la misma temperatura de color para no volver tan tediosa la selección final”.

Este detalle técnico se convierte en un salvavidas cuando se revisan decenas o cientos de fotografías tras una sesión. La homogeneidad en la temperatura de color permite un flujo de trabajo más fluido y una postproducción más precisa, sobre todo al manejar archivos RAW.

Accesorios y modificadores: banderas, grids y papel reflectante

Para dominar la luz, más allá de las cajas y los softbox, Caroga hizo hincapié en el uso de elementos que permiten controlar o enfatizar diferentes zonas:

  • Banderas: Sirven para bloquear luces indeseadas en el fondo o en el sujeto. Son pequeñas superficies negras que, colocadas entre el flash y el espacio a oscurecer, evitan que se ilumine de forma excesiva.
  • Grids o panales: Estos accesorios concentrados permiten iluminar únicamente áreas muy concretas, generando un halo de luz o un punto de luz donde más interese. Al usarlos con luz dura, se obtienen efectos de iluminación “teatral” o de cine clásico.
  • Reflectores y papel millar: Se mostraron ejemplos de cómo un simple panel blanco puede brindar relleno a las sombras, suavizándolas. Y, por otro lado, se enseñó el uso del papel millar (Mylar), un material reflectante que crea destellos y brillos artísticos, simulando luz en movimiento tipo “agua”. Estos “trucos” son especialmente útiles en moda y publicidad para añadir un toque dinámico a la escena.

La importancia de la dirección y la composición

Un retrato sobresaliente también depende de cómo el fotógrafo oriente a la persona retratada. Alineación del mentón, posición de la barbilla, ángulos de la cámara y comunicación con el sujeto fueron temas constantes en el taller. Una adecuada dirección puede realzar la anatomía o transmitir diferentes sensaciones. Según Caroga, elevar ligeramente la cámara puede estilizar los rasgos, mientras que un ángulo más bajo puede aportar dramatismo o un efecto de mayor altura.

Asimismo, se enfatizó la relevancia de mantener una narrativa clara. El uso de telas, fondos en diagonal y una iluminación coherente da a la imagen un contexto y un interés visual que atrapa al espectador.

Equipo Nikon y configuración avanzada

Para ilustrar las distintas técnicas, Caroga utilizó cámaras Nikon de la serie Z, destacando la facilidad para configurar funciones específicas como enfoque continuo (AF-C) o el seguimiento al ojo para retrato. La serie Z9 y Z8, así como otros modelos como la Z6, Zf o Z30, ofrecen amplias posibilidades de personalización, lo que simplifica el trabajo tanto en estudio como en exteriores.
La combinación de un lente zoom estándar 24-70 mm f/2.8 resultó ser muy versátil, sobre todo para adaptar el encuadre sin tener que mover la iluminación o al sujeto de forma constante. No obstante, Caroga reconoció que los lentes fijos (35 mm, 50 mm o 85 mm) son igualmente excelentes para retratos de moda y publicidad, gracias a su apertura y nitidez características.

Finalmente: creatividad y experiencia práctica

El taller concluyó subrayando que la mejor forma de dominar la luz y los retratos es practicar y experimentar. No hay un esquema de iluminación único ni modificadores perfectos; todo depende de la historia que se quiera contar. Jugar con la posición de la luz principal y los accesorios, combinar luz dura y luz suave o probar fondos y angulaciones fuera de lo común puede resultar en fotografías sumamente originales.

Nunca se claven pensando cuál es la mejor caja de luz; simplemente busquen la que nos funcione mejor en el espacio que tenemos”.
Si yo pusiera auto White Balance, cada foto tendría una temperatura de color diferente. Por eso siempre recomiendo mantener la misma temperatura de color para no volver tan tediosa la selección final”.

Caroga cierra un taller que refuerza la idea de que la iluminación, la narrativa y la composición son pilares fundamentales para todo retratista. Al final del día, la pasión por la fotografía y la curiosidad por probar cosas nuevas seguirán siendo los motores que impulsen la evolución de nuestro estilo, ayudándonos a contar historias con profundidad y belleza en cada disparo.

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